jueves, 30 de agosto de 2012


Economía con sabor


Uno de los mayores éxitos culturales y económicos que ha tenido Perú, en los últimos 10 años, radica en haber posicionado internacionalmente la calidad de su culinaria y haber hecho de ella un sello que define sus raíces y manifiesta el talento creativo de sus chefs. Hoy, la comida peruana es demandada desde Tokio hasta Nueva York, y en cada una de las principales metrópolis latinoamericanas crece la presencia del sabor y sazón inca, con sus inmensas variaciones y la capacidad de sus cocineros para adaptarla a los estilos modernos.

Para medir el impacto económico de la cadena culinaria, el Centro Nacional de Pensamiento Estratégico de Perú ha realizado importantes estudios de visión sectorial arrojando datos interesantes.
Basado en estadísticas de la Sociedad Peruana de Gastronomía, se calcula que la cadena de valor de este sector puede superar el 11% del PIB.
Esto implica, entre otros, la producción agrícola y de insumos elaborados, transporte, distribución, venta mayorista y, lo más importante, cerca de 100.000 restaurantes en todo el país, que generan ventas aproximadas de 6.500 millones de dólares.
Si tan solo se examina el valor generado por esos restaurantes , el consumo que estos realizan se acerca al 4,2 por ciento del PIB.
Los estudios gubernamentales y privados también coinciden en que la cadena gastronómica se relaciona con cerca del 20 por ciento de la población económicamente activa, desagregando los componentes industriales, agrícolas, comerciales y, por supuesto, creativos.
La fuerza y el impacto del sector también tienen un enorme motor social y, como lo indican Gastón Acurio, el gran chef peruano, y su colega español Ferrán Adria, en un documental denominado Perú sabe, existen cerca de 80.000 jóvenes entrenándose para cumplir su sueño de ser cocineros, auxiliares y chefs, convirtiendo la culinaria en una industria creativa que dignifica y promueve el talento nacional.
La fuerza de la gastronomía peruana ha llevado a un proceso de internacionalización acelerado.
En Estados Unidos, se calcula que existen 600 restaurantes peruanos, lo cual sigue siendo bajo frente a otro tipo de comidas étnicas, pero su expansión ha sido tal, que en menos de una década se han quintuplicado.
La consecuencia de este proceso es contundente: las exportaciones de productos gastronómicos peruanos aumentaron 30 por ciento el año pasado y pueden estar próximas a alcanzar los 50 millones de dólares, impactando favorablemente los sectores de sazonadores y salsas.
Gracias a este auge cultural, Perú ha convertido la gastronomía en un pilar estratégico de su agenda de desarrollo.
Expandir internacionalmente la marca país, destacando la cocina como identidad cultural; promover el turismo gastronómico, exportar productos agrícolas nacionales como el maíz morado o el yacón, y hacer de sus chefs un sello de talento global, hacen parte de un ordenado plan sectorial.
El país le ha apostado a integrar la industria, los servicios y la creatividad con la cultura, y los resultados son impactantes.
Iván Duque Márquez
Analista - Consultor internacional

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